Un escrito de hace un tiempo...
Me encanta enrollarme en mis cobijas. Me encantan los kellogg’s a la mañana, reírme de todo lo que pasa. Escribir poesía cuando encuentro la inspiración. El olor del oleo, que me abracen a la madrugada, y ver dormir a la persona que amo.
Sino me abrazas te sacudo, sino duermes te arrullo, si tienes hambre te doy kellogg’s, y si te produzco miedo te beso, y te repito que soy yo, y que eres tú, y que no importan los demás… que soy tu chico, y que si soy un poco raro no es de aposta, que soy así, y quizá por eso mi viste entre la multitud… quizás por eso me besaste, quizás por eso me abrazas y dices mi nombre mientras duermes… quizás por eso pese a los meses y los años nos vemos y nos dan nervios… quizás por eso pese a todo, jamás nos hemos gritado, y nunca lo haremos…
Somos raros, y nadie entiende… nadie lo entiende, y a nosotros no nos importa porque nos entendemos a la mañana cuando nos despertamos con un beso, y ponemos películas de muñequitos, mientras lucho porque nuestros sueños no se mueran en el pavimento…
Llegué buscando a Andrés Caicedo y encuentro este texto: No podría tener una mejor noche, o tal vez si, pero hoy no ofrezco Kellogg's.
ResponderEliminarBuena noche.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl amor del miedo, del miedo de perderte, del miedo de fallarte y verte llorar, del miedo que un día me levante y ya no te ame más porque en el fondo del corazón duele de tanto amor.
ResponderEliminarY ésta es la historia del amor perfecto, con hambre, con amnesia y miedo
ResponderEliminarGracias por tan gratos comentarios... Me llenan de alegría
ResponderEliminarQue post tan bello!!! extraño esas sensaciones y compartir la vida con alguien que se permita fluir con estos pequeños detalles que hacen tanto bien...
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