jueves, 8 de abril de 2010

Llovizna Odiosa


Odio las calles lentas en tardes errantes de locura
Los cuchillos rompen los cielos como aviones asesinos
Las nubes cerradas en llantos salinos por la piel
Extensas llanuras de muslos agrietados por ortigas escarchadas


Los océanos no se alzan en euforia con ánimo de tumbar las naves
Imperiosas todas estas se aproximan con sonrisas de malévolos halcones.
El amor da tregua a cadavéricas navajas
Los corazones se descompensan perennes por un pasado que no ha muerto.


Odio la imprecisa sentencia de mi corazón atolondrado
Como nieves lentas en las noches de mis brazos adoloridos
Por la libertad que deja tu cuerpo entre mis sabanas
Odio… Odio… Odio Tu boca, Tus pies y tu aliento que queda en mi garganta

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