sábado, 14 de noviembre de 2009

La Ciudad

Las esquinas se repiten como en un sueño cruel
Líneas rojas como entrecortadas venas por la carne
Ausentes transeúntes indefinibles sin muestras de la piel
Es la ciudad que ya no sabe más

Los enrejados de las casas siempre huelen solo a eso
El asfalto cotidiano da un claro rumor de sombra
Los lugares enrarecidos son imágenes permanentes en la frente
Los edificios se caen de a poco en una profundidad que espanta

Es la certeza, es la claridad hermosa de la noche
El dolor eterno de los campos
Las tiendas abiertas en una noche sin ti, amor
La ciudad es una verdad que miente el aliento de la Luna

Aburrida rutina de carreras y de calles
De números dorados colgando en los ladrillos
Y adentro los dolores, las pasiones y los olvidos interminables
Que olvidarte es revivir el motivo del olvido

Sacrificar la presencia de una Bogotá que se muere de a pocos
Correr adormilado en un ave sin retorno
Las fuentes y los parques se secan como si fueras tú la lluvia
Un rocío lento me recuerda que al partir todo pasará

14 de Noviembre de 2009
Pablo F. Casas.

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