sábado, 13 de noviembre de 2010

Improvisaciones de ruanas, camas, cobijas y un gato amarillo




Si es que a las 10 am de un domingo la luz del sol se entremete por la cortina mal colgada de estúpidas flores en fondo anaranjado, la boca seca de tres esquinas, ¿la esquina de la 45 con caracas? ¿La esquina de la séptima con Jiménez? ¿La esquina de la Boyacá en Calatrava?  Esquina, otra esquina, una última esquina y tenemos tres esquinas.  No, esquinas de esas secas, de pequeños humores transparentes, ensopado el líquido con la saliva y la noche de vasos de colores,  de acércate que hueles a durazno con almíbar.

En Suba una móvil que siempre me dejó, lo subía a uno a un cerro, casitas todas te techos de tejitas de barro, mentira, eran tejas amplias verdes, luego las pintaron de azul y eso quedo como Melgar. Flores anaranjadas de centro negro (si es así, o ¿Me lo invente?), y un montón de antenas gigantescas como naves espaciales parqueadas por bichos color magenta. En suba aprendí que a lo que le creemos fucsia en realidad es magenta, que puedo pasar de Ingeniero a repartidor de mecato (Venga, ¿Tiene empanadas?), que los tamales sí que saben rico en el prado,  a que lluvia y el barro no sale mucho con mi moto.  Aprendí a que la localidad de suba  es más bonita en la noche y desde la lejanía, a que los taxis a gas natural pierden mucha fuerza, y que puedo pasar de Ingeniero a repartidor de mecato, y de repartidor de mecato a ser un príncipe asturiano, príncipe azul, palabras y brazos abiertos que ya no están, y que me sacuden el corazón como si se me metiera en una coctelera con limón y hielo.

Los domingos a las 10 pasadas un maullido claro por debajo  de la puerta se cuela y me levanto dando tumbos para abrir y cerrar a velocidad la puerta, para que entre él pero que no se me salgan los sueños que aun están reposándose entre las cobijas. Prendo el TV, y me quedo viendo cualquier programa sin importancia, que me va a importar, si es que lo importante son otras cosas…. Luego de tantos tejemanejes uno se va quitando otra vez todo, si es que quedo algo encima de la noche anterior… Es sol afuera, nada de lluvias, y la encrucijada si hala más la cama, Odín, las cobijas, los abrazos, o la calle…

El arte de preparar Kellogg’s con leche no es nada sencillo, consiste primero en el impulso de levantarme de la cama, ir hasta la cocina, escoger los platos adecuados, porque no quiero que sean cualquiera, deben ser unos limpios y acordes en medio de las montañas de platos de comida ajena.  Luego de poner la cantidad específica viene la leche, descremada y como no, buscar las cucharas y meterlas lentas en el plato, mientras eso ya los Kellogs se van ablandando lentos, rocas de espumas en el mar blanco… Después de esto y quizá lo más importante, el equilibrio de los platos hasta la cama, y una amplia sonrisa para decir, todo ha salido bien.

Todo esto está mal escrito… Los días de suba están en el pasado, Odín no está, y lo extraño mucho, el tiempo ha pasado, afuera llueve  y no volví a comer Kellogg’s en domingo….

4 comentarios:

  1. Si tan solo Odín lo pudiera leer, sabría que alguién le esta esperando ...

    NANI

    ResponderEliminar
  2. A LA INSISTENCIA DEL POETA DE VERSO BLANCO..PORQUE ES CLARO QUE LO QUE NO ESTÁ EN VERSO ESTÁ EN PROSA Y LO QUE NO ESTÁ EN PROSA ESTÁ EN VERSO!! AQUI ESTOY!! LEYENDO...LeyendoTE..IMPROVISACIONES PARA EL ALMA LE PONDRÍA YO..pero de esto poco sé..y tu lo haces más que bien!!! ME PREGUNTO SI ESTAS!! ME PREGUNTO QUE QUEDA..ME PREGUNTO QUE PASARÁ...LA CORTINA MAL COLGADA AÚN ESTÁ...LA VEO...TE VEO...ME SORPRENDO, APLAUDO..PIENSO..LAMENTO..

    ResponderEliminar
  3. No pensé que el dulce sabor de la embriagadez inspirara un escrito tan colorido y entretenido, me gusta me gusta...

    ResponderEliminar
  4. Gracias por tan generosos comentarios y por dedicar el corto tiempo a su lectura

    ResponderEliminar