domingo, 10 de octubre de 2010

El Gris Eterno



Los amarillos de tu belleza de sal en la costa
En los vientos mi amor
Mi todo
Mi pecho claro al final de la madrugada eterna
Tú, solo tú

 Lirios encallados en las orillas
Mares voraces de tenues palabras lánguidas en los campos
En el amanecer  etéreo
Perfumado de cantos lentos
De dolores extirpados por la lluvia




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