sábado, 13 de febrero de 2010

Con la Pata Pelada…




Por Rafael Chaparro Madiedo.

Nadie sabe nada. Nada sabe a nadie. Todo sabe a nada. Nadie habla. Nadie Oye. Nadie ve. Todos en sus casas, que cosa más triste. Sugar, sugar, sugar. Pacheco, Pacheco, Pacheco, la triste metáfora de un país que aplaude en el Jorge Eliecer Gaitán un espectáculo alienante. 250 Millones de pesos ha recogido hasta el momento Sugar, una lobocomedia musical que no tiene mayor sentido en nuestro país. Es cierto que el arte es universal, pero Sugar no es arte. Hay que guardar el sentido de las proporciones. Es como si en un teatro de Chicago, una compañía decidiera montar una coreografía de la ”La Pata Pelada” y la bailarina principal fuera Farrah Fawcet. 

No hay derecho a que mientras otros intentos de hacer buen teatro estén casi al borde de una quiebra por aquello de “circunstancias que todos conocemos y que es mejor no mencionar”, Sugar, una comedia sin mayores meritos, esté arrasando. Y no es que el público acuda a este evento porque sea un espectáculo de calidad. Por el contrario, lo que se privilegia aquí es la cantidad. Derroche de luces, vestuario, escenografía, música y estupidez. Con Sugar se ve hasta qué punto el gusto del público colombiano sigue determinado por los esquemas fáciles y comerciales del enlatado gringo.
También es la ocasión para lucir los trajes comprados en Unicentro y el perfume del San Andresito antes de aplaudir a Pacheco, en el papel más horrendo de toda su vida. En verdad la sociedad bogotana hace el ridículo en el ”foyer” del Jorge Eliecer Gaitán, luciendo sus trajes y poniendo cara de que están en un recinto de Broadway. El Hablando al estilo “papa caliente”, lo mejor de la carrera séptima con 42, Javeriana Boys & Girls, se impone allí mientras lo más exquisito del humo de los tabacos de contrabando invaden la sala. 

Pero mientras adentro María Cecilia Botero y todos sus lobeznos acompañantes hacen el oso más grotesco de esta vida y la otra, afuera la realidad es otra. Piquetes de Pe Emes por aquí y por allá. Requisas, luces de neón rotas, tristes, desgarradas como la carretera séptima un viernes a las ocho de la noche, septiembre negro, negro septiembre, negro, negro piquete, afuera no es Sugar, afuera es Purgar, purgar el hambre con un pedazo de pan viejo y caldo maloliente, purgar la tristeza de los gamines con paraísos amarillentos de bóxer que se pegan a sus cerebros vivos como serpientes mas allá del asfalto, afuera es purgar la realidad nacional con soldados, no hay soluciones, no hay, no hay, no hay, a ver sus papeles, póngase contra la pared, abra las piernas, su cedula, su libreta militar, a ver, no, no, no, adentro una comedia musical insulsa, Pacheco va, Pacheco viene, osa va, oso viene, Sugar, oso, sugar, oso.

Articulo de la Revista Consigna, en la que el escritor Colombiano tenia una columna llamada Luz, más luz! En los años 90-s

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